Pobre niña de las noches oscuras, te has envuelto otra vez en la tormenta, vistiendo la desgracia deshilada.
Te has desterrado tu misma a la noche eterna, la segunda piel impenetrable, ha creado una frontera al mundo.
Como cascara de huevo, resistente como una piedra, no deja entrar ni luz ni calor.
Paredes de hielo, casa equivocada, ninguna vida emana en ti. Ningún nonato allí madura.
Solamente un anciano enojado sufre dentro para siempre, solo temiendo a su muerte.
Tu mente elige siempre el peor rumbo. Tu horrible camino siempre es engañado. No trae nada mas que dolor y sufrimiento para ti.
Ruge la tormenta terriblemente en ti, este maligno y viejo monstruo atraído desde la oscuridad.
Coro sombrío de espantosos susurros, que como un frió y eterno aliento, se acumula por si mismo, pútrido en el estomago.
Y luego, como un cadavérico viento repugnante, toma posesión de la belleza en ti.
- Anna Varney
